FACULTAD DE CIENCIAS
DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA
 LABORATORIO DE  BIOLOGIA DE PROTOZOARIOS
 (L.B.P)
 
Prof. Nelson López Eyzaguirre
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¿Qué es el parasitismo?

El Parasitismo es definido como una relación intima y obligatoria entre dos organismos heteroespecíficos durante la cual el parásito, usualmente más pequeño depende metabólicamente del hospedador, la relación puede ser temporal como los mosquitos al picar.

 

 

Diferentes definiciones de parásito dada por diferentes autores:
 

J. g. Baer El Parasitismo Animal B/H/A. 1971
El parasitismo es una asociación entre dos especies diferentes, en la que una, el huésped, es indispensable a la otra, el parásito, pero sin que la recíproca sea cierta; el huésped puede perfectamente pasarse sin el parásito. De todos modos, desde el momento en que el parásito no podría existir sin su huésped, la asociación parásito-huésped representa un conjunto biológico que puede ser de naturaleza permanente, pero determinada por las condiciones ecológicas en las cuales vive el huésped.

 

Thomas C. Cheng. General Parasitology - Academic Press 1973.
El parasitismo es definido como una relación intima y obligatoria entre dos organismos heteroespecíficos durante la cual el parásito, usualmente más pequeño depende metabólicamente del hospedador, la relación puede ser permanente como en los endoparásitos o puede ser temporal como en los ectoparásito ejem. el mosquito al picar. Es una relación obligatoria, por que el parásito generalmente no puede sobrevivir si está desprovisto de su huésped.

 

Pessoa Samuel B. & Amílcar Vianna M. Parasitología Médica - Guanabara Koogan, 1974.
Parasitismo es una relación directa y estrecha entre dos organismos, generalmente, bien determinados: un huésped y un parásito, viviendo el segundo a costa del primero. Especialmente unilateral, el huésped es indispensable para el parásito que se adapta a las condiciones del huésped.

 
Elmer, R. Noble - Glenn, A. Noble - y otros. Parasitology (The Biology of Animal Parasites) Lea & Febiger 1989.
El parasitismo es una asociación obligatoria entre dos especies distintas en las cuales la dependencia del parásito sobre su huésped es metabólica y envuelve intercambio mutuo de sustancias. Esta dependencia es el resultado de una perdida por el parásito de información genética.

 
La definición de parásito como causante de algún daño al huésped ha sido, en general, descartada; ya que la definición del daño es muy dificultosa. Esta definición es consecuencia del antropocentrismo. Sin embargo, muchas especies de parásitos producen algún grado de alteración dentro de su huésped y aunque algunos de estos pueden terminar en enfermedad, ésto no sucede siempre. Las enfermedades parasitarias, especialmente las causadas por metazoarios, son una función de la densidad de parásitos y va a depender de si se reproduce dentro del huésped o no. El primer tipo de daño que algunos manifestaron fue el de la producción de un detrimento de ciertos factores nutricionales, por los cuales compite el parásito con su huésped. En el pasado algunos biólogos habían dudado de ésto, ya que la cantidad de alimento requerida por los parásitos microscópicos son prácticamente nulas. Recientemente se ha demostrado que se puede producir anemias perniciosa por ciertos helmintos parásitos (Dibothriocephalus latus) pero siempre determinada por infecciones masivas de parásitos.

 

El huésped puede vivir normalmente con su parásito desde el punto de vista nutricional, un ejemplo de ésto son los parásitos que se alimentan de la sangre, que pasa a ser grave cuando la densidad es alta. Algunos parásitos pueden producir daños al tejido del huésped, en el momento de la penetración o cuando esta ejerciendo sus funciones dentro del organismo y algunas veces como resultado indirecto de su actividad.

 

El parásito como todo organismo vivo produce sustancias de excreción que pueden alterar el medio donde ellos se encuentran, asimismo, el parásito posee antígenos que son capaces de inducir reacciones inmunológicas o de defensa en el huésped, dando origen en muchos casos a inflamaciones y a reacciones autoinmune.
 

Desde el punto de vista biológico y evolutivo, el parásito se encuentra en condiciones ecológicas semejantes a la de los organismos no parásitos ("de vida libre"). Todo organismo vivo tiene un hábitat y un ambiente con el cual está de una u otra forma asociado, todo organismo en esta asociación con su medio ambiente obtiene de él sus nutrientes, además excreta sustancias que alteran el medio donde vive y éste como un todo responde a la presencia de cualquier organismo (depredación, selección, evolución de las condiciones, etc.).

El ambiente del parásito es un medio interno de otro organismo vivo y como vimos anteriormente, hay todas las interacciones con su medio, el huésped. Cualquier daño que se produzca debe considerarse como consecuencia de su existencia, que se expresa como una contradicción entre su vida y la del huésped.

 
Los animales poseen un gran número  de hábitat para el parásito, aprovechable por los protozoarios entre otros. Las diferentes localizaciones requiere diferentes mecanismos de transmisión de huésped a huésped. La menor especialización es para aquellos parásitos que habitan en el tubo digestivo del huésped, entrando con el alimento y saliendo con las heces, teniendo que resolver solo el problema de la desecación antes de ser comido por otro huésped, evitando así mismo, la acción de las secreciones digestivas. Muchos protozoarios que viven en los intestinos comen bacterias igual que sus semejantes de vida libre y son capaces de secretar una pared quística capaz de resistir la sequedad y las secreciones digestivas.

 

Algunos parásitos tisulares entran al nuevo huésped por la piel, especialmente por las áreas menos protegidas.

 

Los Protozoos parásitos que habitan en el torrente sanguíneo difieren, de los que habitan otros ambientes, en las vías adaptativas relacionadas a esa forma de vida. Generalmente tienen una estructura más simple y son o muy pequeños, si viven dentro de los glóbulos rojos, o tienen un diámetro muy pequeño, si viven libres en el plasma lo cual les permite circular por los capilares sanguíneos. Generalmente el sistema sanguíneo es cerrado y los parásitos necesitan un medio especial de entrada y salida; generalmente el medio es por vectores ( chupadores de sangre), los cuales transmiten al parásito de un huésped a otro. Siendo los vectores artrópodos para los huésped vertebrados terrestres y la sanguijuela (hirudinea, clase Clitellata, Phyllum Annelida) para los vertebrados acuáticos, los parásitos también crecen y se reproducen normalmente dentro de los vectores, siendo un verdadero parásito en ambos huéspedes. Este tipo de parásitos no forma quistes. Parece encajar bien, que la relación entre los Protozoas y sus huéspedes se originó por vías diferentes en los flagelados y en los esporozoa. Los flagelados (trypanosomatidae), que son hoy parásito con fase sunguínea en vertebrados, fueron primero parásitos intestinales de los invertebrados, como lo son aún Leptomonas y Critidia, algunos  se transformaron, adaptándose secundariamente, pudiendo vivir parte de su vida en el sistema sanguíneo de los vertebrados. En cambio los Esporozoa parásitos sanguíneos se derivaron de parásitos intestinales del huésped vertebrado, quizás siguiendo un estado intermediario, similar al de eimeriide Schellackia. En estos parásitos el esporozoito escapa hacia la sangre desde el sitio de formación del cigoto, en las células epiteliales del intestino de un lagarto y son luego chupados de la sangre por un mosquito, el ciclo se completa por la ingestión del mosquito por otro lagarto. En estos ciclos de vida menos elaborados los Protozoos no muestran cambios en el huésped invertebrado, es en ciclos más complejos de géneros como Hemoproteus y Plasmodium que las fases multiplicativas ocurren en los artrópodos.

 

 

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